viernes, 27 de diciembre de 2013

Cursus honorum

El cursus honorum se puede definir como la carrera de dignidades o sucesión de cargos públicos, y puede estar en orden directo (los cargos están ordenados de menor a mayor importancia) o al revés (orden indiecto). En la antigua roma nos encontramos tres tipos de ordines (el senatorial, e ecuestre y el decurional), y cada uno de los mismos tiene un cursus honorum. Pero para acceder a un determinado cursus honorum tenías que nacer en una familia que perteneciera a una clase social específica. (Ramírez Sánchez, Primera década del S.XXI, págs. 5-6)

Las magistraturas romanas nacieron en diversos momentos y por distintas vías, por lo que es imposible hablar de un “cursus honorum republicano”. En la república el cursus honorum senatorial estaba constituido alrededor de magistraturas, que restringían el poder de sus ocupantes y ayudaban a que se pudiera repartir más fácilmente. Además éstas eran electivas, anuales (aunque se podía permitir una “prorrogatio”) y colegiadas. Cada magistrado tenía su campo de actuación (“provincia”). La autoridad de los magistrados se llamaba “potestas”, y algunos de éstos superiores tenían derechos y prerrogativas que se llamaban “imperium”, que les permitía tomar los “auspicia” (preguntar a las deidades), y eran elegidos por la asamblea llamada “comitia centuriata” (ordenados en centurias según sus rentas).   (Andreu, 2009, págs. 177-178)

Inscripción romana de un cónsul
 con cursus honorum senatorial
Antes de iniciarse en la carrera política solían pasar primero diez años en la milicia. Así pues, los jóvenes “novatos” (después de alcanzar la edad viril) se iniciaban con el vigintisevirato (veintiséis puestos), que no eran nada homogéneos, no solo por la diversidad de sus tareas, sino también por la duración de la misma (desde pocas semanas, hasta un año) (Andreu, 2009, pág. 179). Después de esto, iniciaban realmente el cursus honorum con la cuestura, que era la magistratura de menor rango, eran elegidos por “los comittia tributa” y comenzaba el cargo el cinco de diciembre. Éstos se encargaban de administrar el tesoro público y el mantenimiento de los archivos del estado (conservados en el templo de Saturno); en un principio eran un par, pero poco a poco fue creciendo hasta que en el S. I a.C. el número se elevó a veinte (Andreu, 2009, págs. 180-181). El puesto siguiente y por tanto superior era el de pretor, que tenían como función dirigir la justicia entre otras. Eran elegidos de la misma forma que el anterior, y hasta que aparecieron los cónsules en el S. V a.C. eran los magistrados más importantes; su número también incrementó, ya que en un principio eran dos y terminaron siendo ocho el 80 a.C. Finalmente, la carrera política de un senador terminaba con el consulado. Eran los que tenían más poder y atribuciones, y además se daba nombre a los años con el de los cónsules de esa etapa. Éstos iban acompañados de doce lictores con sus respectivas fasces. Éstos eran los comandantes supremos de los ejércitos, convocaban y presidían las reuniones del Senado, dirigían los juicios más notorios y controlaban el orden público de la ciudad. En un principio solo podían acceder al mismo los patricios, pero luego se permitió que los plebeyos también accedieran a él (desde el 342) (Andreu, 2009, pág. 182). Solamente los censores tenían más prestigio que los últimos, pero no comparten ni privilegios, ni tareas.  Se elegían cada cinco años y prestaban servicio durante uno y medio, tiempo que utilizaban para hacer el censo y posteriormente harían la lista de los senadores (Andreu, 2009, págs. 182-183). Finalmente en el S.V a.C. los plebeyos consiguieron la magistratura del “tribunado de la plebe”. Eran plebeyos que velaban por la salvaguarda de sus iguales. Así pues tenían el derecho de “Auxilium”, por lo que podían para procesos judiciales y vetar al senado entre otras cosas. Estaban durante un año en el cargo (generalmente personas jóvenes), donde se les consideraba “sacrosancta”, cosa que los hacía “intocables”. Por último, también en el siglo V a.C. nace la edilidad formada por dos plebeyos y dos patricios y sus funciones estaban relacionadas con la funcionalidad urbana, además éstos (que solían ser jóvenes) solían poner dinero de su bolsillo. Durante no más de seis meses y solo en la República, el senado en época de crisis podía unificar los poderes en un dictador para salir del “bache” (Andreu, 2009, págs. 183-185).

Con la crisis de la Republica del siglo I a.C. hubo diversos cambios en el cursus honorum senatorial, como la aparición de nuevos puestos de designación imperial, se modificó la edad para entrar a los cargos y se eliminó la obligación de hacer un servicio militar. (Andreu, 2009, págs. 187-188)

Cursus Honorum ecuestre (esquema)
Fotografía: oculimundienclase.blogspot.com
En época imperial el ordo ecuestre se separó del senado y desarrolló un cursus honorum propio entre otras cosas. Algunos se iniciaban con cargos militares, que eran tres: “Praefectus cohortis” (comandante de una de las cohortes auxiliares de los legionarios), luego estaba “tribunus legionis” (acompañaba al tribuno militar laticlavo de rango senatorial) y finalmente, “Praefectus alae” (comandante de una de las alas de la caballería). Después de pasar por aquí, podían ejercer en la administración civil o en el mando de la flota el cargo de procúratela o prefectura y parece que de media estaban tres años en el cargo. Estos se clasificaban por importancia y sueldo de menor a mayor en: “sexagenarii”,”centenarii”, “ducenarii” y “tricenarii”. Finalmente, muy pocos alcanzaban una de las grandes prefecturas (de gran prestigio) que fueron creadas en la época de Augusto. De menor a mayor prestigio estaban: la prefectura de los vigiles (que se encargaba de la comandancia de las siete cortes de los vigiles), la prefectura de la “annona” (que se encargaba de controlar el abastecimiento de los alimentos en Roma),  la prefectura de Egipto (que hacía de gobernador de esta provincia), y la más prestigiosa era la prefectura del pretorio (que controlaba la guardia pretoriana) (Andreu, 2009, págs. 207-212). Por último, los sacerdocios no eran muy importantes en la actividad política de los caballeros. (Andreu, 2009, pág. 215)

El último cursus honorum es el de los decuriones donde se encuentran los Cuestores, cuya figura se extendió en el último tercio del siglo I de nuestra era. Los dos cuestores se encargaban de las operaciones de todos los fondos públicos de la ciudad. En el siguiente escaño están los Ediles, que se encargaban de temas relacionados con las condiciones de vida del lugar. Finalmente, y el más importante es el Duunviros, que se encargaban de los temas más importantes de la gestión urbana. Excepcionalmente, se convocaban decemuiri o VIIImuiri, ocho o diez personas que se encargaban de hacer las nuevas instituciones conforme a la administración romana. Por último, el sacerdocio municipal era similar al de los senadores. Había tres tipos de sacerdotes locales: pontífices, augures y flamines (Andreu, 2009, págs. 218-222).

Bibliografía

Andreu, J. (2009). Fundamentos de epigrafía latina (primera ed.). Madrid, España: Liceus.
Ramírez Sánchez, M. (Primera década del S.XXI). Onomástica iindividual y cursus honorum en Roma. Págs. 11.


Imágenes

Ambas vistas el día 27 de diciembre de 2013.

J-Man DH

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